Amnistía Internacional ya señalaba en su informe de 2005 que los altos niveles de violencia sexual contra las mujeres, dentro y fuera del hogar, provienen de las desigualdades de género y de la prevalencia y aceptación de esta conducta, y contribuyen de manera fundamental a la rápida expansión del sida.
La Coordinadora Estatal de VIH-Sida (CESIDA) ha denunciado recientemente la relación existente entre violencia de género e infección por VIH. Con motivo de la celebración del Día Internacional de las Mujeres, CESIDA quiso recordar al Gobierno la necesidad de implementar los contenidos de la Ley de Salud Sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo, para que el derecho a la salud sexual sea real y efectivo. Además, desde esta plataforma se quisieron resaltar los hechos de que, por un lado, la violencia machista incrementa la vulnerabilidad de las mujeres a infectarse de VIH, y, por otro, las ya infectadas sufren una mayor discriminación y abusos tras comunicar el diagnóstico positivo a sus parejas. Este es el motivo por el que desde CESIDA y a través de Montse Pineda, como vocal de la Comisión Permanente, se insistió en que la principal estrategia para prevenir la infección por VIH y otras ITS es la promoción de la salud y la educación sexual en la escuela, incluyendo la formación en igualdad entre mujeres y hombres como forma de favorecer cambios en los modelos y roles de género.
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