Hace algunos años, la industria del cine pornográfico contrataba actores y actrices exclusivos pagando elevadas cifras, pero este hecho es hoy impensable. Según ha publicado el diario La Repubblica, 1.000 millones de euros y 10.000 puestos de trabajo son las cifras que rodean al “porno casero” italiano, un sector en auge que se nutre de grabaciones no profesionales difundidas a través de Internet. Se trata de un “porno para todos”, en palabras del pionero Marzio Tangeri, quien logró llamar la atención de cientos de parejas cuando en 1982 solicitó mediante un anuncio la colaboración de hombres y mujeres sin experiencia dispuestos a realizar películas pornográficas. En un país como Italia, donde un 59 % de la población considera que no es degradante trabajar como actriz o actor porno, las visitas a páginas web como “Youporn” se han incrementado a una velocidad vertiginosa, y también ha crecido el número de actores y actrices porno que se han pasado a este subsector. Las razones que aducen los que se dedican a este mercado son en ocasiones de índole exhibicionista, pero también, y sobre todo, económicas. Condiciones como las ofrecidas por la productora Film Hard XXX, con horarios de 10 a 22 horas, a 40 euros la hora, convencen a muchos aficionados que participan en las cada vez más numerosas producciones cuyo coste no supera los 2.000 euros. Una salida con futuro para una industria que no deja de ver descender las ventas de DVD y que ha sufrido el impacto de las descargas ilegales de sitios web piratas.
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