A pesar de las recientes declaraciones del cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, lamentando la lentitud con que se está implantando la reforma de la ley del aborto, y exigiendo la supresión del matrimonio entre personas del mismo sexo, realizadas el mismo día en que el nuevo Papa recibía a Rajoy en Roma, parece que el Gobierno sólo va a avanzar en el primero de los temas. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha afirmado recientemente que la nueva ley del aborto favoreciendo el derecho del “nasciturus” (término jurídico relativo al ser humano como sujeto de derecho que ha sido concebido pero aún no ha nacido) estará lista “muy pronto”, y regulará un sistema de supuestos, y no de plazos como el vigente en la actualidad. Entre otras cuestiones, se prohibirá el aborto por discapacidad del feto, y el peligro para la salud física o psíquica de la mujer deberá acreditarse convenientemente. "En supuestos de conflicto de derechos, se acreditará ese conflicto y que no sea solo una mera declaración, sino una auténtica constatación”, señaló. También se eliminará la posibilidad de que las menores de 18 años puedan abortar in autorización de sus padres. De este modo se tratará de combatir la idea de que el aborto es un derecho, en línea con el pensamiento expresado por el eurodiputado Jaime Mayor Oreja, para quien “el aborto como derecho es la actuación más dañina de su actual regulación”. Ante el anuncio de la reforma de la ley del aborto todas las asociaciones provida se han mostrado optimistas, aunque reconociendo que la situación ideal sería la del aborto cero. Después de varios retrasos en la reforma legislativa, parece que ahora está entrando en su recta final y podría estar lista en los próximos meses.
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