Con un 60% de los votos a favor y un 40% en contra, los 1.400 miembros del Consejo Nacional de los Boy Scouts de América (BSA) han decidido instaurar una nueva política en su organización que permitirá a los jóvenes scouts homosexuales ser miembros de pleno derecho en sus tropas. En el texto votado se explica que “la resolución refuerza la idea de que el Movimiento Scout es un programa juvenil que no tiene en cuenta la conducta sexual, sea esta heterosexual u homosexual. El cambio sobre la política en cuanto a los líderes adultos no se ha considerado, por lo que ésta se mantiene”. La decisión entrará en vigor a parir del 1 de enero de 2014, y afectará a las 116.000 tropas. Para Jennifer Tyrrell, expulsada de los BSA hace unos meses por su orientación sexual, la medida es un paso adelante pero no es suficiente, puesto que excluye a los adultos homosexuales de esta organización centenaria. “Este es el problema. Cómo pretenden que un muchacho o muchacha se comprometa con una organización en la que sabe que cuando cumpla la mayoría de edad le van a rechazar. Es un paso, eso nadie lo puede negar, pero no es suficiente. El objetivo es la igualdad total”, afirmó Tyrrell, propulsora de varias campañas en Internet para acabar con la discriminación. La medida también tiene sus opositores, especialmente entre los sectores más conservadores de los BSA, que ya se están planteando la formación de una organización alternativa para los niños “basada en valores eternos”. Thomas Dillingham, miembro del Consejo Nacional de los BSA, es uno de los que se oponen a la decisión, y ya ha anunciado su intención de abandonar los Boy Scouts. "El problema es que la gente como yo, que han luchado duro por los Boys Scouts, no tienen ahora lugar a donde ir”, ha afirmado. La votación se ha llevado a cabo después de meses de presión por parte de los defensores de los derechos de los homosexuales y de algunas grandes empresas patrocinadoras.
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