Han sido desarticuladas en Gerona dos redes que explotaban sexualmente a mujeres rumanas en un inmenso prostíbulo de La Junquera, en el que se llegaban a facturar 60.000 euros diarios. Las víctimas eran captadas en Rumanía cuando todavía eran menores de edad, con la falsa promesa de trabajar en España como cuidadoras de niños y ancianos, y, cuando cumplían los 18 años, eran trasladadas a nuestro país, donde se las obligaba a ejercer la prostitución. La investigación policial comenzó hace aproximadamente un año a partir de la denuncia de varias víctimas de la organización en Rumanía, que explicaron que un ciudadano rumano estaba captando mujeres menores de edad en su país, en la zona de Braila.
El primero de los grupos desmantelados estaba compuesto por ciudadanos rumanos y contaba con una estructura perfectamente organizada, gozando incluso de respeto entre otras bandas de proxenetas de su país. El segundo grupo regentaba un macro club en La Junquera (Gerona), en el que las víctimas permanecían en régimen de semiesclavitud.
Las formas de humillar y explotar a las víctimas incluían continuas amenazas, palizas e, incluso, violaciones. Eran obligadas a realizar jornadas de doce a catorce horas y a hacer uso de lectores de huella dactilar tanto al inicio de la jornada, como de forma previa a cada servicio sexual. También debían pagar 70 euros diarios en concepto de alquiler, además de otros gastos por bienes y servicios que debían adquirir en el propio local a elevados precios. La organización había instalado en el club inhibidores de frecuencia de telefonía móvil para obligar a las mujeres a usar los teléfonos públicos instalados en el mismo y restringir así más su libertad de movimientos. Además, para poder trabajar, estaban obligadas a realizarse análisis de sangre mensualmente, en un laboratorio elegido por la dirección del prostíbulo, pagado por ellas.
La operación “Andrómeda” ha permitido desarticular las dos organizaciones ilegales y detener a 19 personas, entre las que se encuentran sus principales cabecillas.
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