Los ajustados y juveniles "leggins" (mallas, calzas) negros que vistió durante un acto político el pasado septiembre la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, levantaron gran revuelo en las redes sociales y reabrieron el debate sobre la sexualización de la mujer en los medios. Hace dos años, un estudio de la Universidad de Búfalo (Estados Unidos) revelaba que este proceso ha afectado en mayor medida a las mujeres, siendo su principal fuente los medios de comunicación. La autora de la investigación, Erin Hatton, expresaba su preocupación por un fenómeno que tiene consecuencias negativas para ambos sexos y que muestra a las mujeres como "objetos pasivos para el placer sexual de alguien".
¿A qué nos referimos con el fenómeno de la sexualización? A que el valor de una persona se calibre en función del atractivo y potencial sexual, excluyendo todo lo demás; a que ese atractivo esté ligado únicamente al aspecto físico y sea sinómino de “sexy”; a que se otorgue a alguien la función de “objeto sexual” sin considerarla persona independiente y capaz de tomar decisiones; y a que se imponga un uso sexual inapropiado. Así lo consideró en el año 2007 el Grupo de Expertos sobre la Sexualización de las Niñas y las Jóvenes de la Asociación Americana de Psicología de Estados Unidos, que entonces alertaba del efecto dañino de la sexualización en la mujer joven.
En cualquier caso, la presidenta argentina se tomó con humor la polémica generada por sus calzas negras e ironizó en su cuenta de Twiter sobre la impresión que algunos se llevarán "cuando me vean con las yellow puestas".
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