El 14 de febrero, coincidiendo con el Día de los Enamorados, se celebra cada año desde 2003 el Día Europeo de la Salud Sexual, en lo que viene siendo una jornada especialmente indicada para concienciar y sensibilizar a los ciudadanos en este aspecto fundamental de la vida. Pero aunque los españoles, como señala Juan Ignacio Martínez Salamanca, de la Asociación Española para la Salud Sexual (AESS), hemos aprendido que la “salud sexual es importante porque nos causa un bienestar físico y emocional”, lo cierto es que, en lo que se refiere a soluciones terapéuticas, sigue siendo androcéntrica. Prueba de ello es que las enfermedades relacionadas con la salud sexual para las que hay tratamiento son la disfunción eréctil y la eyaculación precoz, si bien cada vez son más los pacientes que no pueden acceder a los medicamentos indicados porque no están financiados por la seguridad social. Otro problema, en este caso compartido por hombres y mujeres, es el relacionado con la falta o inhibición del deseo sexual. Mientras que en los varones fundamentalmente aparece relacionado con deficiencias en la hormona testosterona, cuando se trata de mujeres suele ser habitual que éstas se encuentren en la fase de la perimenopausia, aunque está aumentando el número de chicas jóvenes en tratamiento antidepresivo con este trastorno.
Este año, el Día Europeo de la Salud Sexual tuvo como lema “el amor es bueno para la salud”, y los objetivos de la campaña promovida por la AESS han sido demostrar que una vida sexual activa repercute en la calidad de vida del individuo, y reivindicar la comunicación en la pareja como una de las vías de solución en la disfunción sexual. La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología ha aprovechado también la celebración de este día para calificar de gran mito la afirmación de que las personas mayores no tienen deseo sexual, puesto que el 62,3% de los hombres y el 37,4% de las mujeres mayores de 65 años se declaran sexualmente activos.
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