Cumplir años puede dar paso a la jubilación en el aspecto laboral, pero no necesariamente en el sexual, pues una vida sexual regular permite gozar de una mejora en la salud general. Esta es la idea que quiso transmitir el sexólogo Santiago Frago en el tercer Congreso Mundial de Sexología Médica, celebrado el pasado mes de noviembre en Málaga. Frago destacó la importancia para las personas mayores de mantener una actitud positiva y jovial ante la sexualidad para disfrutar plenamente de una nueva etapa de la vida, en la que a menudo los tabúes existentes les hacen ocultar unas necesidades eróticas y afectivas que permanecen insatisfechas.
La edad puede llevar consigo la aparición de problemas físicos y enfermedades que pueden afectar negativamente a la vida sexual, pero el nivel de deseo se mantiene. A la consulta de Frago acuden pacientes (55% hombres, 40% parejas), que tienen una edad media de 74 años y que han abandonado la vida sexual por problemas de salud, toma de medicamentos, fidelidad a la pareja fallecida, miedo al fracaso en el hombre, apatía en la mujer, o temor a repercusiones negativas en la salud. Las cuestiones planteadas habitualmente tienen que ver con problemas de erección, conflictos de pareja, celos, desinterés de la pareja por sentirse infravalorada, y dificultad de encontrar un espacio para la intimidad.
Una vida sexual no limitada al placer dependiente del aparato genital, que incluya amor, ternura, afecto y deseo permitirá a las personas mayores afrontar el paso del tiempo con optimismo, al tiempo que aportará bienestar, salud y calidad de vida. Los cambios que acarrea el envejecimiento no deben suponer el adiós a una sexualidad que requiere ser convenientemente entendida y atendida.
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