El ministro de Educación, José Ignacio Wert, basa su defensa de la financiación pública de la educación diferenciada en la Convención de la UNESCO de 1960, ratificada por España, que señala que "no hay discriminación en educación siempre que no suponga una desventaja para uno de los dos sexos". Con este argumento respondió a una pregunta del diputado del PSOE Albert Soler, que pretendía conocer las razones por las que se destina dinero público a financiar colegios “elitistas” que “discriminan” a los alumnos por cuestión de sexo, a pesar de los dos fallos emitidos por el Tribunal Supremo negando el concierto a colegios que separan a los alumnos por sexo. En la Sesión de Control al Gobierno del pasado 19 de septiembre, Wert indicó que no acepta el concepto de discriminación, y sostuvo que la educación diferenciada por sexo “es una opción más” de libertad de enseñanza.
La postura del Gobierno ha sido criticada desde el Área de Mujer e Igualdad de IUN-NEB, cuyas representantes Itziar Sarasa, Mar González y Laura Jiménez no dudaron en remitir una carta al diario noticiasdenavarra.com, reflexionando sobre los antecedentes de la educación segregada y los motivos de su defensa en la actualidad. Como las autoras de la misiva recuerdan, a finales del siglo XIX comenzó a proponerse la educación mixta para ensalzar a la mujer e igualarla de algún modo con el hombre. Tras el intento en la II República Española por regular el acceso a la escolarización en condiciones de igualdad de niños y niñas, abolido durante la dictadura por contrario a los principios religiosos imperantes, no se recuperó la escuela mixta hasta 1970, estableciéndose como obligatoria en 1984. Desde entonces ha existido la coeducación en los centros públicos mixtos españoles, con la idea de educar a las personas desde la igualdad de valores al margen de que sean niños o niñas. Ante las razones aducidas por los defensores de la educación segregada (diferenciar para aprender más y mejor, defienden), estas tres mujeres se preguntan “aprender más, ¿de qué?, ¿para qué?, y, sobre todo ¿por qué?”. Y dejan claro su respeto por esa opción, pero nunca en la enseñanza pública, ni con subvención pública.
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