Aunque en España no existen datos oficiales, y a pesar de ser un tema del que no se suele hablar, una de las disfunciones sexuales femeninas más frecuentes con las que se encuentran los expertos en la consulta es la anorgasmia o falta de orgasmo. Las situaciones de estrés, ansiedad, etapas personales complicadas y experiencias sexuales negativas previas son causas habituales de esta situación, que se convierte en patología en el momento en el que causa un verdadero problema para la vida. Pero también hay dos aspectos sustanciales muy importantes: una educación sexual incompleta y deficiente, y el desconocimiento del propio cuerpo. Los especialistas coinciden al apuntar factores psicológicos, y, sobre todo, culturales, como culpables principales, sin que deba buscarse ninguna causa física.
Para Asunción Coronado, directora del Instituto de Sexología Al-Andalus de Granada, el problema deriva fundamentalmente del modelo sexual masculino que todavía existe en nuestra sociedad. “Algunas mujeres siguen teniendo la idea de que el orgasmo sólo se puede alcanzar a través del coito y pensar eso es un verdadero error”, asegura. Y añade que “el orgasmo femenino se alcanza más fácilmente estimulando el clítoris y esto se puede hacer de muchas formas sin necesidad de penetración”.
Es cierto que la sexualidad en la actualidad se ve con otros ojos, pero aún subsisten prejuicios y tabúes que en muchas ocasiones impiden decirle al otro lo que nos gusta. Los especialistas recomiendan a las mujeres que se descubran a sí mismas y que no tengan complejos en decir a la otra persona cuál es el punto exacto de su estimulación plena, sin pretender que el otro adivine qué es lo que las hace disfrutar, pues la sexualidad es algo que depende de nosotros mismos, y no de la persona que tenemos al lado.
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