Robert de Niro, superó un cancer de próstata diagnosticado en 2003. |
La hiperplasia prostática benigna o agrandamiento de la próstata es uno de los principales motivos que conducen a los hombres españoles a la consulta del urólogo, pero existen otras enfermedades, como la prostatitis (infección) o el cáncer, que afectan a esta estructura específica masculina y que repercuten en la cantidad y calidad de las relaciones sexuales. La próstata está situada bajo la vejiga rodeando la uretra; durante el orgasmo se contrae y expulsa a la uretra el líquido prostático que acompaña a los espermatozoides en la eyaculación. Al estar relacionada con los nervios implicados en la erección, las enfermedades o problemas prostáticos, así como los fármacos utilizados para su tratamiento, pueden provocar disfunciones sexuales que pueden ser tratadas.
Además de llevar una vida saludable en todos los aspectos, es preciso liberarse de los miedos y prejuicios a la hora de acudir a la consulta del urólogo para someterse a una revisión de la próstata. También puede ser de gran ayuda la prestada por un psicólogo o un sexólogo, así como la ejercitación del músculo que rodea la próstata, dirigida por un fisioterapeuta especializado.
La conveniencia de que las mujeres se sometan a revisiones ginecológicas periódicas está muy extendida y aceptada socialmente, algo que no sucede con la visita de los hombres al urólogo. La sola idea de acudir a este especialista todavía invade de inquietud la mente de muchos varones, pero debería constituir una visita rutinaria anual una vez cumplidos los 50 años, y, en cualquier caso, ante la aparición de molestias del aparato urinario o alteraciones en la conducta sexual.
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