La Federación de Planificación Familiar Estatal, en base a los resultados del Barómetro del acceso de las mujeres a la libre elección de anticonceptivos modernos en 10 países de la UE, que fue presentado ante el Parlamento Europeo el pasado junio, ya lo denunció por boca de su presidente Luis Enrique Sánchez Acero: “suspendemos en casi todo, especialmente en educación sexual”.
La colaboración de la sociedad y las familas es necesaria cuando se trata de educar a los niños, y muy especialmente en el caso de la sexualidad; sin embargo, sigue siendo un tema tabú del que no se suele hablar con ellos. Hace tres años, desde el Gobierno de Extremadura se promovió una iniciativa consistente en unos talleres sobre sexualidad para impartir en las escuelas, pero fueron duramente criticados y tachados de clases de masturbación pagadas con el dinero de todos. Ana Yáñez es sexóloga, psicóloga y directora del Instituto Clínico Extremeño de Sexología, y está acostumbrada a hablar de sexualidad con los más jóvenes, a través de las charlas que imparte en centros escolares. Esta profesional defiende la necesidad de hablar de sexo en el colegio, sin esperar a la adolescencia, ante la nula información que una mayoría de niños y niñas aseguran recibir en casa, y que es fuente de problemas de tipo sexual cuando llegan a la edad adulta. Su consejo pasa por responder a las preguntas de los pequeños sin mentir y adaptando las respuestas a la edad, y alerta sobre la vuelta a un machismo consentido por parte de las chicas.
La CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos) critica el cinismo de la sociedad, que se escandaliza con los embarazos de adolescentes o el crecimiento de las enfermedades de transmisión sexual, pero es reacia a impartir educación sexual en las escuelas. Se declara partidaria de impulsar la educación afectivo-sexual en las escuelas, con asignatura propia o de forma transversal.
Con la última ley de educación, no existe obligación de impartir educación sexual en los centros escolares españoles, lo que deja el tema de la sexualidad restringido al ámbito familiar, muy lejos de lo que sucede en países como Finlandia, Suecia o Dinamarca, en cuyas aulas se habla a los niños de sexo desde muy pequeños.
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