El último informe del Programa de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) destaca los avances conseguidos en la lucha contra esta enfermedad, señalando que la cifra de nuevos contagios en 2012 fue la más baja desde mediados de los noventa (2,3 millones). Sin embargo, hay otros datos ciertamente preocupantes. Uno es el relativo a la pérdida de la percepción del riesgo de contagio, que está reduciendo la edad de diagnóstico del virus; y otro es el de las consecuencias derivadas del infradiagnóstico. Cada año se detectan en España unos 4.000 nuevos casos, de los que más de la mitad son provocados por personas infectadas que ignoran que lo están. Este desconocimiento, además de aumentar el riesgo de contagio, impide que los enfermos puedan beneficiarse de los actuales tratamientos. Una cuarta parte de las cerca de 14.000 personas que tienen el virus en nuestro país ignora su estado y lo que ello conlleva. El pasado domingo 20 de octubre se celebró el Día Nacional de la prueba del VIH, con el objetivo de sensibilizar a la población de esta situación y de la importancia de someterse a la prueba de diagnóstico que puede realizarse en numerosas entidades y centros de salud de forma gratuita, anónima y confidencial. Sin restar importancia a las significativas acciones llevadas a cabo con motivo de la citada conmemoración, el director gerente de la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (CESIDA), Toni Poveda, quiso insistir en que "el día de la prueba tiene que ser todos los días" y que debería hacérsela cualquier persona con un comportamiento sexual de riesgo, reconociendo que determinados grupos de población, como los hombres que tienen sexo con hombres y los inmigrantes son especialmente vulnerables.
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