El VPH o virus del papiloma humano es la enfermedad de transmisión sexual más común en los Estados Unidos, y de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de este país, al menos la mitad de la población sexualmente activa adquiere el VPH en algún momento. La infección no suele producir síntomas y desaparece sola, pero ciertos tipos del virus causan verrugas genitales y cáncer de boca, pene y ano. Cada año se producen 7.000 casos de cáncer en hombres y 15.000 en mujeres como consecuencia de algunos tipos del virus.
Por ello, la agrupación de pediatras más importante de Estados Unidos ha recomendado que los niños a partir de 11 años de edad reciban la vacuna Gardasil (Merck & Co) contra el VPH. Como asegura el doctor Michael Brady, de la Academia Estadounidense de Pediatría, se trata de interrumpir la transmisión y la evolución del cáncer, pues vacunar a los varones protegería indirectamente a las mujeres al evitar el contagio del virus. Las vacunas son más efectivas entre los 9 y los 15 años, pero para la Asociación Pediátrica es recomendable que los varones de hasta 21 años la reciban. Para las niñas de 11 y 12 años siguen recomendando la vacuna, y también para las mujeres de entre 13 y 26 años que no lo hicieron antes.
Por otra parte, la polémica y las dudas sobre su eficacia han acompañado desde hace tiempo a esta vacuna, como las repercusiones negativas sufridas por jóvenes tras su aplicación y que se han denunciado desde la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma.
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