La nueva Asamblea Constituyente de Túnez, elegida democráticamente el año pasado, ha sido causa de enfrentamiento entre laicos e islamistas (que ostentan la mayoría relativa) por el empeño de estos últimos en introducir la Sharía en la nueva Carta Magna mediante la utilización de la denominada “complementariedad de sexos”.
El pasado 13 de agosto miles de mujeres salieron a las calles de Túnez para reiterar su rechazo al concepto de complementariedad y solicitar que la nueva Constitución contemplara la igualdad de género poniendo de una vez fin a las desigualdades en esta materia. La redacción propuesta para el artículo 28 del texto legal fue lo que desató la protesta, al referirse a la mujer “bajo el principio de complementariedad de funciones con el hombre en la familia”.
Tras las protestas suscitadas, el partido islamista mayoritario ha rectificado su postura y la nueva redacción del artículo 28, aprobada por consenso esta misma semana, estipula no solo la igualdad entre sexos sino que recalca la “igualdad de oportunidades en función de la competencia”. Además, establece que la violencia contra la mujer debe ser penalizada.
Aunque se espera que el pleno de la asamblea ratifique esta nueva redacción, no faltan voces que alertan de la vigilancia necesaria para impedir cualquier retroceso en materia de igualdad. Para la feminista tunecina Lina Ben Mehni, la situación para las mujeres cada vez es peor en su país. “Antes reclamaban más derechos, ahora luchan por preservar los que tienen”, señaló.
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