Little Sins es el nombre de una empresa holandesa que se ha ido dando a conocer poco a poco con una propuesta basada en los viajes eróticos. Bajo la premisa de que existe “la necesidad de otras formas de entretenimiento”, la compañía de turismo ofrece sensuales fiestas programadas en un calendario anual, que se llevan a cabo en castillos, cuevas, barcos y otros escenarios europeos en los que el glamour y la lujuria están asegurados. La empresa asegura que solo se encarga de organizar las fiestas ambientadas en escenarios eróticos y que lo que sucede en ellas depende exclusivamente de los asistentes.
Estas fiestas saltaron a la fama en 2009, cuando el cuando el escandalizado propietario de Halswell House, un hermoso edificio del siglo XVII rodeado de zonas verdes en Somerset (Inglaterra), se dio cuenta de que había alquilado su castillo por 9.000 libras para lo que parecía una fiesta normal y corriente, hasta que el organizador de la velada anunció “el momento ha llegado” y todo el mundo empezó a besarse y a acariciarse y a practicar sexo. Grahame Bond, el propietario, llegó incluso a llamar a la policía, aunque de nada le sirvió, al tratarse de una fiesta privada entre adultos que habían acudido libremente.
Las fiestas, programadas anualmente por la geografía europea, tienen un carácter temático. El aforo oscila entre las 200 y 400 parejas y la entrada cuesta de 50 a 70 euros. La próxima se celebrará el 19 de mayo en Holanda y el tema será Roma.
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